A LA SOCIEDAD NO LE SIRVEN LOS HOMBRES DEBILES

 

A LA SOCIEDAD NO LE SIRVEN LOS HOMBRES DEBILES 

A esta sociedad no le sirven los hombres débiles, los hombres cuyas emociones hace que no sea exitoso la mayor cantidad de tiempo posible, esta sociedad crea super hombres y no en el sentido nietzscheano, sino en el sentido de hombres que pueden, a partir de su control mental, suprimir al máximo lo que sienten con el fin de no bajar su productividad; algo que es casi imposible para el humano promedio. Pero eso no importa, los hombres que se dejan ganar por su mente nunca van a hacer exitosos, y recordemos que en la sociedad capitalista el éxito se mide en cuanto al otro, es decir, yo soy tanto en cuanto mis oponentes, pues ya no los veo como humanos si no como simples objetivos de superación.

Por eso a esta sociedad los hombres débiles no le son funcionales, y tratara de crear todos los mecanismos posibles para lograr suprimir las emociones que impiden la productividad y por lo tanto la generación de altos ingresos a los grandes capitalistas. Aunque si lo pensamos bien, no es a la sociedad a quien no les sirve los hombres sensibles, en realidad, es a los dueños del capital privado, pues un hombre débil significa: un trabajador de bajo rendimiento, un comprador sin ganas de adquirir, un consumidor de servicios menos, etc. Por eso ellos tratan de muchas maneras y modos crear una realidad que impida la producción de hombres tristes.

Empecemos por la industria cultural donde se nos presentan hombres exitosos que viajan en lujosos medios de transporte, son deseados por las mujeres; un hombre que cumple con todos los estándares de belleza pues este es alto, fuerte, siempre va arreglado y típicamente vistiendo prendas relacionadas a una clase social alta. Este es el hombre exitoso, el buen padre, el buen hijo, el buen esposo, el buen amante, el hombre que todo el mundo admira y respeta. Podríamos creer que simplemente es un arquetipo que vende y hace que este tipo de contenido audio visual se consuma. Pero ¿habrá algo más allá de esta simple representación del hombre exitoso? Y la respuesta puede ser un rotundo si, si se analiza de la siguiente manera.

Imagina que eres un adolescente, tienes aproximadamente 16 o 17 años de edad, sientes esa angustia incesante sobre ser adulto e incluso sientes mucha inseguridad sobre ti mismo, te metes a redes sociales y te comienzan a aparecer videos otros hombres cuyas edades pueden estar entre los 18-30 comúnmente, diciendo como lograron superar su crisis emocional o existencial gracias al ejercicio y como de un día para otro, viendo sus resultados reflejados en la estética de su cuerpo, hizo que los problemas disminuyeran, tras del hecho, colocan fotos de antes y después haciendo que te identifiques con ese cuerpo pasado que ellos tienden a rechazar y relacionar con sus problemas. Tu mente casi que inconscientemente va a querer imitar a estos sujetos, haciendo que los sigas, el cual es el principal objetivo de la mayoría de estos creadores de contenido. Por lo tanto, comienzas a ver su contenido y en algunos casos a comprar cursos que ellos mismos crean y venden, por lo tanto, te dicen que entras en el “mood del desarrollo personal”. Un desarrollo personal desequilibrado, donde su insignia es, yo puedo con todo. Y si te sientes mal un día la idea es que no te dejes tumbar, te levantes y aunque te sientas mal tienes que hacerlo. Por eso las industrias culturales quieren hacer resaltar a estas figuras, hombres que ganan miles de dólares al mes, con una mentalidad casi que homogénea que replican constantemente estos valores que son los “funcionales” (aclaro en este punto que no se tiene nada en contra de la idea de mejorar personalmente, solo que puede llegar a ser toxica si no se regula con descanso y el trabajo consciente de aspectos internos).

En ese sentido, son las mismas personas que adoptan esta ideología las que comienzan a crear y transformar su mundo y el de los demás. Toda esta transformación material del mundo logro crear una fabrica de superhombres productivos, para nada emocionales, hombres capaces de aprender idiomas, a la vez que hacen una carrera universitaria, a la vez que tienen un emprendimiento, a la vez que van al gimnasio religiosamente y a la vez que tienen relaciones interpersonales ricas. Pero, esto es solo una idea, un punto al cual actualmente miles de hombres quieren llegar, y al tratarlo y no lograrlo surge una nueva emoción, una demasiado fuerte que se acumula junto con las otras que ya estaban anteriormente, por supuesto hablo de: la frustración combinada con la insatisfacción. Emoción que surge a partir de la comparación y del intento fallido de ser igual o replicar a estos sujetos de éxito. Sujetos que en su mayoría se evidencia como surgen de condiciones materiales privilegiadas, puesto que claro… no es lo mismo querer ser futbolista en un pueblo abandonado por el gobierno a diferencia de ser el hijo de cristiano Ronaldo. Pero lo sé, muchas personas trataran de legitimar el universo simbólico en el que viven, mientras tanto yo diré: Que injusta carrera que se le llama vida, y si eso no bastara no tenemos el derecho de estar tristes.

Aunque no todo está perdido, pareciera casi que utópico pensarse una sociedad donde se nos permita ser, en todas nuestras fases y emociones, claro sin llegar a ser reactivos con el fin de no agredir al otro ¿Es realmente posible una sociedad en la cual no nos sintamos culpables por sentirnos mal, y nos quitemos la ilusión de siempre querer estar bien, de controlar todo? Yo creería que sí, aunque sinceramente me asusta la posibilidad de que esto no ocurra y las emociones reprimidas surjan de manera inconsciente, no creo el planeta tierra aguante mas inconciencia humana. 

A esta sociedad no le sirven los hombres débiles, los hombres cuyas emociones hace que no sea exitoso la mayor cantidad de tiempo posible, esta sociedad crea super hombres y no en el sentido nietzscheano, sino en el sentido de hombres que pueden, a partir de su control mental, suprimir al máximo lo que sienten con el fin de no bajar su productividad; algo que es casi imposible para el humano promedio. Pero eso no importa, los hombres que se dejan ganar por su mente nunca van a hacer exitosos, y recordemos que en la sociedad capitalista el éxito se mide en cuanto al otro, es decir, yo soy tanto en cuanto mis oponentes, pues ya no los veo como humanos si no como simples objetivos de superación.

Por eso a esta sociedad los hombres débiles no le son funcionales, y tratara de crear todos los mecanismos posibles para lograr suprimir las emociones que impiden la productividad y por lo tanto la generación de altos ingresos a los grandes capitalistas. Aunque si lo pensamos bien, no es a la sociedad a quien no les sirve los hombres sensibles, en realidad, es a los dueños del capital privado, pues un hombre débil significa: un trabajador de bajo rendimiento, un comprador sin ganas de adquirir, un consumidor de servicios menos, etc. Por eso ellos tratan de muchas maneras y modos crear una realidad que impida la producción de hombres tristes.

Empecemos por la industria cultural donde se nos presentan hombres exitosos que viajan en lujosos medios de transporte, son deseados por las mujeres; un hombre que cumple con todos los estándares de belleza pues este es alto, fuerte, siempre va arreglado y típicamente vistiendo prendas relacionadas a una clase social alta. Este es el hombre exitoso, el buen padre, el buen hijo, el buen esposo, el buen amante, el hombre que todo el mundo admira y respeta. Podríamos creer que simplemente es un arquetipo que vende y hace que este tipo de contenido audio visual se consuma. Pero ¿habrá algo más allá de esta simple representación del hombre exitoso? Y la respuesta puede ser un rotundo si, si se analiza de la siguiente manera.

Imagina que eres un adolescente, tienes aproximadamente 16 o 17 años de edad, sientes esa angustia incesante sobre ser adulto e incluso sientes mucha inseguridad sobre ti mismo, te metes a redes sociales y te comienzan a aparecer videos otros hombres cuyas edades pueden estar entre los 18-30 comúnmente, diciendo como lograron superar su crisis emocional o existencial gracias al ejercicio y como de un día para otro, viendo sus resultados reflejados en la estética de su cuerpo, hizo que los problemas disminuyeran, tras del hecho, colocan fotos de antes y después haciendo que te identifiques con ese cuerpo pasado que ellos tienden a rechazar y relacionar con sus problemas. Tu mente casi que inconscientemente va a querer imitar a estos sujetos, haciendo que los sigas, el cual es el principal objetivo de la mayoría de estos creadores de contenido. Por lo tanto, comienzas a ver su contenido y en algunos casos a comprar cursos que ellos mismos crean y venden, por lo tanto, te dicen que entras en el “mood del desarrollo personal”. Un desarrollo personal desequilibrado, donde su insignia es, yo puedo con todo. Y si te sientes mal un día la idea es que no te dejes tumbar, te levantes y aunque te sientas mal tienes que hacerlo. Por eso las industrias culturales quieren hacer resaltar a estas figuras, hombres que ganan miles de dólares al mes, con una mentalidad casi que homogénea que replican constantemente estos valores que son los “funcionales” (aclaro en este punto que no se tiene nada en contra de la idea de mejorar personalmente, solo que puede llegar a ser toxica si no se regula con descanso y el trabajo consciente de aspectos internos).

En ese sentido, son las mismas personas que adoptan esta ideología las que comienzan a crear y transformar su mundo y el de los demás. Toda esta transformación material del mundo logro crear una fábrica de superhombres productivos, para nada emocionales, hombres capaces de aprender idiomas, a la vez que hacen una carrera universitaria, a la vez que tienen un emprendimiento, a la vez que van al gimnasio religiosamente y a la vez que tienen relaciones interpersonales ricas. Pero, esto es solo una idea, un punto al cual actualmente miles de hombres quieren llegar, y al tratarlo y no lograrlo surge una nueva emoción, una demasiado fuerte que se acumula junto con las otras que ya estaban anteriormente, por supuesto hablo de: la frustración combinada con la insatisfacción. Emoción que surge a partir de la comparación y del intento fallido de ser igual o replicar a estos sujetos de éxito. Sujetos que en su mayoría se evidencia como surgen de condiciones materiales privilegiadas, puesto que claro… no es lo mismo querer ser futbolista en un pueblo abandonado por el gobierno a diferencia de ser el hijo de cristiano Ronaldo. Pero lo sé, muchas personas trataran de legitimar el universo simbólico en el que viven, mientras tanto yo diré: Que injusta carrera que se le llama vida, y si eso no bastara no tenemos el derecho de estar tristes.

Aunque no todo está perdido, pareciera casi que utópico pensarse una sociedad donde se nos permita ser, en todas nuestras fases y emociones, claro sin llegar a ser reactivos con el fin de no agredir al otro ¿Es realmente posible una sociedad en la cual no nos sintamos culpables por sentirnos mal, y nos quitemos la ilusión de siempre querer estar bien, de controlar todo? Yo creería que sí, aunque sinceramente me asusta la posibilidad de que esto no ocurra y las emociones reprimidas surjan de manera inconsciente, no creo el planeta tierra aguante más inconciencia humana.


BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Byung-Chul Han (2010) La sociedad del cansancio 

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